
Tabla de contenidos
- Esa rutina que querías construir, ese proyecto que parecía insignificante, esa decisión personal que iba a cambiar tu energía. Y lo dejas, diciendo: “No era tan importante.” Pero aquí va una verdad incómoda: Lo que haces con lo pequeño, lo harás con lo grande, lo que abandonas hoy, se convierte en permiso para abandonar mañana.
- Contra la desmotivación.
- Contra la falta de resultados inmediatos.
- Contra el cansancio, la comparación o el miedo.
El hábito de rendirte se entrena, la perseverancia también.
- ¿En qué áreas de mi vida me estoy rindiendo antes de tiempo?, ¿Qué excusas me digo para abandonar lo que realmente quiero?, ¿Cuántas veces he dicho “no importa”, cuando en realidad sí importaba para mi futuro? , ¿Qué pasaría si hoy elijo continuar, aunque sea con un paso pequeño?
¿Fracaso o rendirse? La línea invisible que cambió mi forma de luchar
La realidad fue muy distinta a la promesa
El punto de quiebre: una conversación dolorosa
¿Estaba perseverando… o siendo terca?
¿Qué ocurre en el cerebro cuando sentimos que fracasamos?

- “Esto no es para mí., “Estoy perdiendo el tiempo.», “Mejor volver atrás.”
Sin embargo, en ese momento, no siempre estás fracasando, es posible que solo estés atravesando una curva del proceso que requiere reajuste, pausa, o una nueva mirada. Pero tu cerebro —para protegerte— prefiere que lo llames “fracaso” y te retires.
Te invito a reflexionar:
- ¿Estás viviendo un “fracaso”… o solo es una curva del proceso?, ¿Qué te dice tu mente cuando los resultados no llegan?, ¿Te estás rindiendo por cansancio… o necesitas reevaluar
tu estrategia.
Si te encuentras en una situación así entre el fracaso… o una curva necesaria, debes saber que no quiere decir que estas fracasando, es posible que solo estés atravesando una curva del proceso, una etapa que requiere reajuste, una pausa estratégica, una nueva mirada.
Debes saber Los sueños también fallan… pero no mueren por eso
LOS TRES LEONES

El primer intento: fuerza sin resultado
El segundo intento: lucha y retirada
El tercer intento: algo distinto
El tercer león se acercó, miró la cima sin miedo, pero con respeto, trepó, se esforzó, luchó y también falló, no logró llegar a la cima, sus patas temblaban, su cuerpo se rindió, pero su espíritu no, los animales estaban confundidos, ninguno había logrado la hazaña. ¿A quién elegirían?
— “Yo sé quién debe ser el nuevo rey.” Los animales se alborotaron.
— “¡Pero ninguno lo logró! ¡Los tres fracasaron!” Y el águila respondió con sabiduría:
— “Sí. Los tres intentaron. Y los tres fallaron, pero no todos se rindieron de la misma manera.”
“El primer león, cuando no pudo subir, bajó la cabeza. Se rindió y aceptó su derrota.”
“El segundo también lo intentó, y al caer, se resignó. Se sintió vencido y se fue sin esperanza.”
“Pero el tercero… Aunque herido, aunque agotado, se quedó un momento frente a
la montaña. La miró de frente.
Y le dijo con voz firme y valiente: ‘Montaña, tú ya llegaste a tu máximo tamaño… pero yo aún seguiré creciendo, un día regresaré, y te conquistaré.’ El silencio se apoderó de la selva.
— “Ese león —dijo el águila— no ganó hoy… pero no renunció, esa es la diferencia entre quien fracasa… y quien está destinado a liderar.”
¿Qué marca la diferencia entre fracasar y renunciar?
¿Estás escalando… o estás retrocediendo?
- ¿Qué montaña estás intentando escalar hoy?
- ¿Te estás retirando como el primer león… o estás decidiendo volver más fuerte como el tercero?
- ¿Qué voz tiene más fuerza dentro de ti: la que te dice “ya basta”… o la que te susurra “aún puedes”?
- ¿Estás viviendo un fracaso… o estás en la parte más difícil de tu curva de crecimiento?
Volver no es rendirse: es prepararse mejor
Fracasar no me detuvo. Renunciar lo habría hecho
Hoy quiero dejarte con estas preguntas, que no son cómodas… pero sí transformadoras:
- ¿Qué parte de ti estás a punto de abandonar, solo porque algo no salió bien?
- ¿Qué sueño estás declarando “muerto”, cuando solo necesita un plan nuevo?
- ¿Estás fallando… o estás aprendiendo a regresar con más fuerza?
-No confundas el error con el final, a veces, el fracaso es solo la pausa que tu alma necesitaba para reordenarse… y volver a creer en ti, ahora te toca a ti, rediseña tu regreso, recupera la fe en ti y vuelve. Pero esta vez… vuelve con todo.
¿Te resonó alguna parte de este texto? Cuéntamelo en los comentarios. A veces, escribirlo… es el primer paso para sanar. Comparte este capítulo con alguien que necesita recordar que aún puede volver con más fuerza.
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- [Capítulo 2: Cómo superar un fracaso sin rendirte en el intento] O, si prefieres recibirlo directamente en tu correo con ejercicios exclusivos de coaching.